El fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 ha dejado una profunda huella en el mundo. A los 88 años, el pontífice argentino murió en su residencia del Vaticano, la Casa Santa Marta, tras complicaciones derivadas de una neumonía bilateral. Su partida marca el fin de un pontificado de doce años que transformó la percepción de la Iglesia Católica y su papel en el mundo contemporáneo. Desde su elección en 2013, Francisco se destacó por su enfoque en la humildad, la cercanía a los más necesitados y su deseo de reformar la Iglesia desde dentro.
La noticia de su fallecimiento fue anunciada por el cardenal Kevin Farrell, quien expresó que «a las 7:35 horas, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre». Este anuncio fue recibido con tristeza y respeto en todo el mundo, reflejando el impacto que tuvo el Papa en la vida de millones de personas. Su legado se caracteriza por un enfoque pastoral que priorizó la inclusión, la justicia social y el diálogo interreligioso.
### Un Pontificado de Gestos y Simplicidad
Desde el inicio de su papado, Francisco rompió con las tradiciones establecidas. Optó por el nombre de Francisco en honor al santo de Asís, un símbolo de pobreza y humildad. Su decisión de renunciar a los lujos del papado, como el palacio apostólico y el uso de un coche oficial, fue un claro mensaje de su compromiso con una Iglesia más cercana a los pobres. En sus propias palabras, «¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!». Esta visión se tradujo en acciones concretas, como su elección de vivir en la residencia de Santa Marta y su uso de un vehículo modesto.
Uno de los momentos más significativos de su papado fue su última aparición pública el Domingo de Resurrección, donde, a pesar de su evidente debilidad, saludó a la multitud desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Esta imagen se convirtió en un símbolo de su resistencia y dedicación a su misión. Además, su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las grutas vaticanas, refleja su conexión con la devoción mariana y su anhelo de una Iglesia más accesible.
Francisco fue un pontífice que se preocupó por las periferias del mundo. Su compromiso con la paz y la justicia social lo llevó a visitar 66 países, muchos de los cuales nunca habían sido visitados por un Papa. Desde su encíclica «Laudato si'», que abordó la crisis climática, hasta su defensa de los derechos de los migrantes y su llamado a la paz en conflictos como el de Siria, su voz resonó en temas críticos de nuestro tiempo.
### Reacciones Globales y el Legado de Francisco
La noticia de su muerte generó reacciones inmediatas de líderes políticos y religiosos de todo el mundo. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, expresó su pesar y destacó el compromiso del Papa con la paz y la justicia social. Otros líderes, como Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen, también rindieron homenaje a su legado, subrayando su papel como un líder moral en tiempos de confusión.
Francisco dejó un legado complejo, marcado por su defensa de los más vulnerables y su impulso a la reforma interna de la Iglesia. Sin embargo, su papado también enfrentó críticas y tensiones, especialmente en temas como la inclusión de mujeres en altos cargos y la bendición de parejas homosexuales. A pesar de las controversias, su enfoque en la humildad y el servicio a los demás lo convirtió en una figura admirada y respetada.
Con su fallecimiento, comienza un periodo de interregno en el que el colegio cardenalicio se prepara para elegir a su sucesor. Francisco deja un legado de cardenales que comparten su visión pastoral, lo que sugiere que su sucesor podría continuar en la misma línea de inclusión y reforma. Entre los posibles candidatos se mencionan figuras como Pietro Parolin y Matteo Zuppi, quienes han demostrado sensibilidad social y experiencia diplomática.
El Papa Francisco se va, pero su mensaje de amor, paz y justicia social perdurará en la memoria colectiva. Su vida y su obra seguirán inspirando a aquellos que buscan una fe comprometida y profundamente humana. En un mundo que a menudo se siente dividido, su legado nos recuerda la importancia de la humildad y el servicio a los demás, valores que deben seguir guiando a la Iglesia y a la sociedad en su conjunto.