La reciente controversia en Santa Fe ha puesto de manifiesto la creciente tensión entre la cultura y la política, especialmente en lo que respecta a la representación de voces que promueven ideologías consideradas como antidemocráticas. La Plataforma 8M/25N, un colectivo que lucha contra la violencia de género y por la igualdad, ha exigido al alcalde de la localidad, Juan Cobo, que anule la intervención de Roberto Vaquero, líder del partido ultra Frente Obrero, en el Festival de Literatura Histórica de Santa Fe. Esta solicitud surge tras una serie de ataques en redes sociales dirigidos a políticas que criticaron la participación de Vaquero en el evento.
La plataforma ha manifestado que no es aceptable utilizar fondos públicos para dar voz a personas que propagan la xenofobia y el antifeminismo. En este sentido, han expresado su apoyo a la Asociación de Mujeres de Santa Fe ‘Consuelo Tamayo, la Tortajada’, que ha denunciado el ataque vejatorio y amenazador que han sufrido sus integrantes en las redes sociales. La situación ha generado un debate sobre la responsabilidad de las instituciones en la promoción de eventos culturales que, en lugar de ser inclusivos, pueden convertirse en plataformas para discursos de odio.
### La Reacción de la Comunidad Feminista
La reacción de la comunidad feminista ha sido contundente. La Plataforma 8M/25N ha declarado que «decimos no a un Festival de Literatura Histórica de Santa Fe que da voz a personas que atacan e insultan a las mujeres». Este pronunciamiento no solo refleja la indignación ante la participación de Vaquero, sino que también pone de relieve la necesidad de proteger los espacios culturales de discursos que atentan contra los derechos de las mujeres.
Las políticas que han criticado la intervención de Vaquero, como Patricia Carrasco, concejala socialista y miembro de la Asociación Consuelo Tamayo, han recibido el respaldo de la plataforma. Carrasco ha sido objeto de ataques en redes sociales por su postura, lo que ha llevado a la plataforma a exigir medidas concretas por parte del alcalde y la Diputación de Granada. La exigencia es clara: que se retire la participación de Vaquero del festival y que se anule el apoyo económico que el Ayuntamiento otorga al evento si no se cumplen estas condiciones.
La Plataforma 8M/25N ha enfatizado que la lucha por la igualdad no puede ser desvirtuada por discursos que fomentan el odio. «Nos encontramos ante una ola de desprecio hacia el feminismo, un fenómeno lamentablemente en expansión», han afirmado, advirtiendo sobre los peligros que esto representa para los avances logrados en materia de derechos de las mujeres. La comunidad feminista se ha comprometido a seguir luchando por sus derechos y a no dar un paso atrás ante la regresión que se está observando en la sociedad.
### La Importancia de la Cultura como Espacio de Encuentro
El Festival de Literatura Histórica de Santa Fe, que se enmarca dentro del programa de las Capitulaciones organizado por el Ayuntamiento, tiene el potencial de ser un espacio de encuentro cultural significativo. Sin embargo, la controversia en torno a la participación de figuras como Vaquero pone en tela de juicio la verdadera naturaleza de este evento. La plataforma ha recordado que la diputada de Cultura y Educación, Pilar Caracuel, había presentado el festival como un evento «plural, integrador y cercano», donde convergen distintas maneras de contar la historia.
Sin embargo, la inclusión de voces que promueven ideologías de odio contradice esta visión. La comunidad feminista ha expresado su preocupación por la creciente ola de discursos que amenazan con desmantelar los logros en derechos de las mujeres. En este contexto, la Plataforma 8M/25N ha instado a la Diputación de Granada a actuar con responsabilidad y a garantizar que el festival no se convierta en un vehículo para la difusión de mensajes que atentan contra la dignidad de las mujeres.
La situación en Santa Fe es un reflejo de un fenómeno más amplio que se está observando en diversas partes del mundo, donde el extremismo y el odio están ganando terreno en espacios que deberían ser de inclusión y diversidad. La comunidad feminista, junto con otras organizaciones que luchan por la igualdad, se enfrenta al desafío de mantener la lucha por los derechos de las mujeres en un entorno cada vez más hostil. La respuesta a esta situación no solo dependerá de las decisiones políticas, sino también de la capacidad de la sociedad civil para movilizarse y exigir un cambio.