Cantabria es una región que sorprende a cada paso, con paisajes montañosos, pueblos llenos de historia y una belleza natural que deja sin aliento. Uno de los destinos más encantadores de esta tierra es Potes, la capital de la comarca de Liébana. Este pueblo, que no se encuentra en la costa, se ha convertido en un refugio ideal para aquellos que buscan desconectar y disfrutar de la tranquilidad. A continuación, exploraremos diez razones que hacen de Potes un lugar único y digno de ser visitado.
La Entrada a la Aventura: Desfiladero de la Hermida
Antes de llegar a Potes, los viajeros son recibidos por el impresionante desfiladero de la Hermida. Con 21 kilómetros de longitud, es el más largo de la Península Ibérica y ofrece un recorrido lleno de curvas y vistas espectaculares. Este desfiladero, tallado por el río Deva, es el primer indicio de la belleza que se encuentra en la región.
Un Patrimonio Religioso: La Iglesia de San Vicente
En el corazón de Potes se encuentra la iglesia de San Vicente, un Monumento Histórico Artístico que combina elementos góticos y barrocos. Su interior alberga retablos de gran valor artístico, lo que la convierte en un lugar de recogimiento y admiración para los visitantes.
El Puente Medieval: Un Viaje al Pasado
El puente medieval sobre el río Quiviesa es uno de los símbolos más representativos de Potes. Construido entre los siglos XIII y XV, este puente de piedra ofrece una vista impresionante del casco antiguo del pueblo, con sus casas tradicionales y el telón de fondo de los Picos de Europa.
La Plaza del Capitán Palacios: Centro de Vida Local
La plaza del Capitán Palacios es el corazón de Potes, donde la vida del pueblo cobra vida. Aquí se pueden encontrar comercios que ofrecen productos locales, como sobaos y quesadas, y es el lugar perfecto para disfrutar de un cocido lebaniego en uno de sus bares. Cada lunes, la plaza se llena de vida con un mercado tradicional que revive las costumbres de antaño.
El Barrio de La Solana: Un Paseo por la Historia
Pasear por el barrio de La Solana es como retroceder en el tiempo. Este barrio alberga algunas de las casas más antiguas de Potes, con escudos de armas y balcones de madera que cuentan historias de generaciones pasadas. Cada rincón invita a ser explorado y fotografiado.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana: Un Lugar Sagrado
A solo dos kilómetros de Potes se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, un importante centro de peregrinación cristiana. En su interior se guarda el Lignum Crucis, un fragmento de la cruz de Jesucristo. Este monasterio es también el final del Camino Lebaniego, un ramal del Camino de Santiago que atraviesa Cantabria.
La Torre del Infantado: Emblema de Potes
Dominando el paisaje urbano de Potes, la Torre del Infantado es una fortaleza del siglo XIV que ha sido testigo de la historia de la región. Hoy en día, alberga exposiciones y ofrece vistas panorámicas del pueblo y sus alrededores, convirtiéndose en un punto de interés para los visitantes.
Bejes: Un Pueblo de Tradición Quesera
Cerca de Potes se encuentra Bejes, un pequeño pueblo famoso por su queso Picón Bejes-Tresviso, reconocido por su sabor intenso y su producción artesanal. Visitar sus queserías es una experiencia deliciosa que complementa la oferta gastronómica de la región.
Fuente Dé: Acceso a los Picos de Europa
No se puede visitar Potes sin hacer una excursión a Fuente Dé, donde se encuentra uno de los teleféricos más impresionantes de España. Este teleférico asciende más de mil metros, ofreciendo vistas espectaculares y acceso a rutas de senderismo en el Parque Nacional de los Picos de Europa.
Mogrovejo: Un Pueblo de Cuento
Para finalizar la visita, es imprescindible acercarse a Mogrovejo, una aldea pintoresca con una torre medieval del siglo XIII. Este lugar, que fue escenario del rodaje de «Heidi, la reina de la montaña», ofrece un paisaje de ensueño que parece sacado de un cuento.
Potes no solo destaca por su belleza y su historia, sino también por su autenticidad. Es un lugar donde las tradiciones siguen vivas y donde los visitantes son recibidos con los brazos abiertos. Ya sea para una escapada rápida o una estancia más prolongada, Potes es un destino que promete dejar una huella imborrable en el corazón de quienes lo visitan.